Las investigaciones antropológicas lo tienen claro: el ser humano moderno nació en África hace unos 300.000 años y comenzó a expandirse al resto del mundo progresivamente. Está en tus genes: es natural que cuentes con ese deseo de abandonar lo conocido, sumergirte en entornos nuevos y explorar todos los tesoros escondidos por el mundo. Perteneces a una especie viajera. No obstante, el impacto ecológico de aquellas aventuras prehistóricas resulta mínimo en comparación con el impacto ecológico de los viajes modernos. Y además somos muchos más. En ese sentido, es importante y perfectamente posible tomar medidas para reducir esa huella y viajar de una manera más ecológica y respetuosa con el medioambiente.
Utiliza vehículos eléctricos
El tren es una buena alternativa para viajar puesto que genera una huella de carbono inferior a otros medios de transporte. Sin embargo, hay muchas ocasiones en las que necesitas viajar en coche para disponer de una mayor autonomía y acceder a rincones a los que no puedes acceder de otra manera. La clave aquí está en invertir en automóviles eléctricos, ya que, aunque tienen un mayor impacto ecológico durante el proceso de producción, presentan uno muchísimo más reducido a lo largo de su vida útil. De hecho, solo contaminan durante la recarga, lo que significa que en su circulación no afectan en absoluto al medioambiente. Son la alternativa de futuro.
Elige alojamientos ecofriendly
El traslado de un lugar a otro forma parte inevitable de los viajes. En realidad, y bajo el enfoque Areas, no debe ser visto como un mero trámite sino como una experiencia que puede disfrutarse: basta con parar en nuestras estaciones y deleitarse con los alimentos y servicios de nuestra gama de establecimientos. No obstante, la aventura requiere mucho más, lo que incluye un alojamiento. Y es precisamente aquí donde tienes una nueva oportunidad de disminuir tu huella de carbono: solo debes escoger alojamientos sostenibles como los alojamientos rurales, los que emplean fuentes de energía renovable o los que implementan medidas de eficiencia energética. Marcará la diferencia.
Apoya la economía local
Muchos productos vienen de la otra parte del mundo y ello implica una contaminación adicional asociada al transporte y la conservación. ¿Un modo de combatirlo? Apoyando la economía local del lugar al que viajes, ya que es mucho más probable que las materias primas utilizadas en la fabricación de artículos y en la elaboración de alimentos procedan de la zona. Visita tiendas de artesanía. Cena en restaurantes castizos y de tradición regional. Y compra en comercios de toda la vida. Además de hacerle un favor al medio ambiente, estarás promoviendo el desarrollo económico de la población del lugar, lo que implica practicar un turismo saludable.
Prioriza las actividades naturales
Este mundo nuestro pone a nuestra disposición un inmenso abanico de actividades de entretenimiento. Algunas de ellas más sostenibles. Otras más contaminantes. Y no se trata de adoptar una postura radical: puedes ir a un parque de atracciones o montar en moto de agua de vez en cuando. No obstante, lo ideal para practicar un turismo ecológico es priorizar las actividades al aire libre que no contaminan. Caminar por la naturaleza, hacer kayak, hacer escalada, visitar monumentos naturales o bañarse en un lago son formas estupendas de vivir el mundo. Eso sí: asegúrate de cumplir con las reglas de los parques naturales y de respetar a su flora y a su fauna.
Ten presente siempre la sostenibilidad
Las prácticas anteriores pueden minimizar notablemente tu huella de carbono durante los viajes. Pero hay mucho más: también puedes usar menos agua con duchas más cortas, seleccionar destinos menos masificados, planificar bien la aventura para no hacer más desplazamientos de lo necesario o reducir el consumo de plástico mediante la utilización de botellas de agua reutilizables, bolsas de tela o artículos de higiene personal biodegradables como champús, jabones o cremas solares. La sostenibilidad es una actitud. Si la mantienes contigo, puedes ver el planeta sin generar una contaminación excesiva en el proceso. Cuidar del medioambiente es tarea de todos.
