Enero, primer mes del año, fechas de reuniones y gastos, puerta para los nuevos propósitos… pero enero también nos trae de nuevo a la realidad, a la rutina de trabajo y a apretarnos el cinturón después de las fiestas. Esta vuelta a la realidad, con el asentamiento del frío invernal y el paso del tiempo y acumulación de problemas hace que la tan conocida cuesta de enero nos afecte tanto al bolsillo como a nuestros pensamientos y la actitud ante la vida.

La dichosa cuesta de enero, hace que nos sintamos más deprimidos, ansiosos y vulnerables y todo esto se agudiza aún más cuando hay una pandemia de por medio, replanteándonos más aún nuestros actos.

Pero hay formas de evitar esta “dura” realidad después de la noche de Reyes y que nos ayudarán a sobrellevar este pequeño bache que tanta presencia tiene al principio de cada año. ¿Qué podemos hacer para gestionar un buen estado mental? Aquí no encontrarás la fórmula secreta para resolver este problema, pero si unos consejos prácticos que nos ayudarán a sobrellevar la cuesta de enero y que, con buenos hábitos, se convertirá en puro trámite al llegar enero.

  • Nuestro bolsillo, importante para nuestro equilibrio

Es un hecho que encontrarnos desahogados económicamente es un punto positivo en nuestra calma interior, pero las fiestas de las navidades, los gastos y las comilonas al final llevan a muchas personas a tener desembolso mayor del que muchas veces podemos permitirnos. Con esto no queremos decir que dejemos de disfrutar de las fiestas, ya que están para eso, lo que debemos hacer es tener un plan para gestionar nuestro presupuesto mensual y los gastos que afrontaremos.

Teniendo control de nuestro presupuesto y de los gastos que tendremos, podemos calcular un colchón de tranquilidad por el que poder movernos y planificar nuestros días, disfrutando sin pensar que debemos apretarnos los cinturones cuando acaben las fiestas.

  • Nuevos propósitos, con su plan de ahorros

Este segundo punto, va directamente relacionado con el primero. Como personas con metas, debemos fijarnos unos objetivos en la vida con los que nos encontraremos satisfechos una vez alcanzados. Estas metas son muy variadas y depende del estado actual de cada persona, ya que una meta personal o laboral puede variar mucho para una persona.

Es muy probable, que para alcanzar estas metas necesitemos una inversión de dinero o de tiempo, y saber planificar un método de ahorro es vital para llevarlo a cabo. En el aspecto económico, es mejor fijarnos un pequeño porcentaje de ahorro mensual que una cuantía fija, ya que en ocasiones es mejor acumular poco y ser constante, que querer abarcar mucho y estar con el agua al cuello. Respecto a la gestión del tiempo, podemos hacerlo de igual manera, mediante una planificación mensual, fijar una serie de horas razonables a la semana para dedicar a nuestro proyecto, sin presionarnos diariamente por la necesidad de dedicarle tiempo.

  • Nuestro tiempo es limitado, y muy valioso.

Vamos a hacer un ejercicio práctico. Saca un papel y un bolígrafo y vamos a hacer una lista de los gastos y suscripciones que pagamos mensualmente o de manera frecuente. ¿Cuántas han salido? ¿Lo utilizas todo durante el mes? En total, ¿Cuánto pagas? ¿Nos sale rentable tantas aplicaciones, servicios, suscripciones…? Es muy probable, que con este ejercicio básico nos demos cuenta de la realidad en la que vivimos muchos de nosotros, que pagamos por algo que no disfrutamos. Esto es debido a la limitación del tiempo, en el que nuestro ocio cada vez se ve más reducido y no podemos abarcar tanto como deseamos. Una vez analizado esto, estaría bien hacer un ejercicio de reflexión y saber a qué le queremos dedicar nuestro tiempo libre.

  • Ahorrar es cosa de todos

Con pocos que seamos viviendo bajo el mismo techo, ahorrar es cosa de cada uno de los habitantes de esa casa (¡incluido el perro!). ¿Y cómo ayuda esto a superar el bache de la cuesta de enero? Es sencillo, lo de ser nómadas lo dejamos hace mucho de lado y gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en nuestro hogar, con nuestra familia, pareja, animales o solos. El concepto “economía familiar” es la pequeña economía que se da en la vivienda a través del gasto que se produce de suministros, comida, espacio y ocio. Esa economía familiar es un desgaste entre las diferentes relaciones dentro de un ámbito familiar y que se puede utilizar de forma positiva para reforzar las relaciones entre los miembros de la familia, subir nuestro concepto y el de los nuestros y poder ahorrar como una unidad, persiguiendo un objetivo común, como el simple acto de irse de cena familiar cada mes se han cumplido los objetivos marcados.

En la newsletter del mes pasado escribimos sobre los propósitos nuevos y cómo adecuarlos correctamente para no sentimos frustrados. Esta lectura nos complementará para afrontar la cuesta de enero

Hazte Smart Travelers

Estos son solo algunos consejos que podemos utilizar para saltar este abismo que muchas veces tanto vértigo da al principio de cada año, pero que realmente no es tanto, si contamos con las herramientas y la ayuda adecuada para ello.

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