Una aventura en familia en la otra punta del continente. Una vuelta a casa por las navidades. O simplemente una reunión de trabajo. Son muchas las razones que pueden llevarte a coger un avión. Tantas que resulta prácticamente imposible que no termines subido a uno tarde o temprano. En ese sentido, resulta sumamente importante tener claras unas cuantas tareas, unas cuantas precauciones y unos cuantos trucos muy recomendables para que el vuelo vaya de maravillas. Y lo mejor de todo: son muy fáciles de implementar. Toma nota.

Antes del vuelo

Revisa la documentación

En esto no puedes fallar. Mucho antes de volar, incluso antes de comprar el vuelo, revisa la documentación que necesitas para entrar en el país de destino. El motivo es muy sencillo: si uno de los documentos que necesitas está caducado, necesitarás tiempo para renovarlo y no siempre puedes confiar en que la burocracia irá lo suficientemente rápido para tenerlo listo. Además, te aconsejamos asegurarte muy bien antes de partir para el aeropuerto de que efectivamente los llevas encima. Los descuidos ocurren más a menudo de lo que piensas.

Realiza el check-in

Esta recomendación entra dentro de esa categoría que muchas personas, especialmente las más organizadas, considerarán innecesaria. Pero la realidad es muy diferente: puesto que el check in, el proceso a través del cual notificas a la aerolínea que subirás al avión, puede realizarse únicamente unas horas antes del vuelo, con frecuencia desaparece de la mente de los pasajeros. El problema es que unos 45 minutos antes del mismo suele cerrarse. Es muy incómodo tener que hacerlo desde el aeropuerto. Mucho peor aún quedarse fuera.

Llega con antelación

Incluso te diríamos que con bastante antelación. Nunca sabes qué obstáculos o incidencias pueden producirse camino del aeropuerto y no quieres perderte tus vacaciones, tu regreso a casa o la oportunidad de negocio que tienes entre manos. Si vas en transporte público, consulta bien los horarios y asegúrate de salir dos o tres horas antes de casa. Si vas en tu propio coche, estudia las posibilidades de aparcamiento para no verte en una situación frustrante de overbooking. Son estos pequeños detalles los que proporcionan la tranquilidad.

Acierta con el equipaje

Cada una de las aerolíneas cuenta con su propia política de equipaje. Así que sí: te toca entrar en el sitio web de la que corresponda para consultar las medidas del equipaje de mano y del equipaje facturado en caso de que vayas a facturar. Y fuera sorpresas. También te recomendamos limitar el líquido que introduces en el equipaje de mano a 100 mililitros. Es la norma, y de lo contrario los responsables de seguridad harán que te deshagas de él. También recuerda que todos los dispositivos electrónicos deben ir en el equipaje de mano.

Disfruta de la sala de embarque

Ahora solo queda esperar a que la compañía aérea habilite la entrada al avión. Si nos has hecho caso y has salido de casa con antelación tendrás un ratito de espera por delante. No lo sientas como tiempo perdido. No lo es. La sala de embarque tiene muchas cosas que ofrecer, como los espacios de Areas, repletos de restaurantes, cafeterías y lugares en los que llenarse de energía antes de varias horas de vuelo.  Es también un buen momento para ponerte cómodo. Alivia la presión de los cordones para el viaje. Y saca los auriculares.

Durante el vuelo

Estudia que todo esté bien

Estás dentro del avión. Es el espacio en el que pasarás las siguientes horas hasta llegar a tu destino. Por eso conviene estudiar el estado de elementos claves como el asiento, el cinturón, la ventanilla, la mesa plegable, la bombilla situada en la parte superior o la salida de la aerotermia. Si algo no te encaja, pulsa el botón de llamada a la tripulación para que alguien de la aerolínea acuda a tu asiento. Ahí podrás hablarle del problema y encontrar una solución antes de que comience el vuelo y se compliquen los movimientos.

Concéntrate en las fases claves

Las fases claves de los vuelos son el despegue y el aterrizaje. En caso de que hayas volado antes conocerás esa particular sensación del cambio de presión que tiene lugar en dichas circunstancias. Y resulta ligeramente menos agradable cuando andas leyendo, moviéndote o realizando cualquier otra acción. Piensa que son solo unos instantes y concéntrate en el proceso. Pasará enseguida. Además, cuando te enfocas en ello adquiere una dimensión fascinante. Es en realidad una experiencia muy curiosa. Disfrútala.

Combina diferentes actividades

Algunos vuelos pueden ser especialmente largos. Y lo más recomendable en esos casos es alternar entre diferentes ocupaciones. Una de ellas es por supuesto dormir. Si eres de quienes pueden descansar en las alturas, adelante. Sería bueno que llevaras contigo un antifaz y unos tapones para aislarte del resto de los pasajeros. Pero no olvides levantarte de vez en cuando para estirar las piernas. Caminar hasta el baño es una excusa excelente para ello. Ah, y aprovecha también para leer o ver alguna serie ya descargada. ¡Buen viaje!

Hazte Smart Travelers

Los aeropuertos son todo un mundo ¿verdad? No es ningún misterio de que guardan muchos más secretos de los que pensamos. En el siguiente post, nos infiltramos en alguno de estos secretos que no te dejarán indiferente.

Posts Relacionados