Si preguntáramos en Cataluña cual es la verdura por excelencia en sus hogares, tenemos casi la certeza de que la mayoría responderían que no pueden faltar los calçots. Y no es para menos, esta cebolla blanca ha llegado a convertirse en una tradición y la reina de la gastronomía en Cataluña. No te pierdas todo el post, al final te diremos los mejores sitios donde comer Calçots.

Como hemos comentado, el calçot es una cebolla blanca cultivada con una técnica especial, que le da ese aspecto alargado. Aunque actualmente ya se cultiva en toda la comunidad, se dice que su origen se encuentra en Valls, Tarragona. Su temporada de consumo comienza en noviembre y podemos disfrutar de ellos hasta mediados de abril.

Pero ¿por qué es tan popular esta verdura en Cataluña? Por la Calçotada, un ritual que gira alrededor de esta magnífica verdura año tras año y tiene como motivo juntar alrededor de la mesa a amigos, familiares y allegados. Pero si queremos seguir la tradición a rajatabla, no nos podemos olvidar de llevar un babero y un porrón y tener en cuenta que la ceniza negra va a estar presente en manos, uñas y mejillas.

Pero una Calçotada no es moco de pavo de preparar, y por ello te comentamos todos los procedimientos que llevan a cabo para prepararlo. Primero separan los calçots de uno en uno, cortan las raíces y dejan una parte de penacho de hojas para sujetarlos al momento de pelarlos. Los asan sobre las llamas de sarmientos en varias parrillas grandes de doble cara para girarlos todos de una vez. Con el tiempo, la capa exterior de los calçots se carboniza y se quedan cocidos y tiernos. Una vez hechos, se guardan en papel de periódico en un cesto y se sirven en la mesa en una teja de cerámica que ayuda a conservarlos calientes.

Mancharse y pringarse forma parte de la tradición porque los calçots deben comerse con las manos y se acompañan con una salsa tradicional, la salvitxada, parecida a la salsa romesco. La manera correcta de comerlo es con la mano derecha cogiendo el calçot y mojándolo en la salsa y con la mano izquierda lo acompañamos con un pan tostado.

Las brasas que quedan después de preparar los calçots se aprovechan para el segundo plato, protagonizado por carne de cordero, butifarras blancas y negras, alcachofas y patatas.

Y antes de finalizar con el postre a base de cremas catalanas, brazo de gitano o roscón acompañado de licor de calçot o de avellana, hay que bajar la comida con una buena copa de cava.

Y esta tradición, ¿de dónde proviene? Según la tradición, fecha de 1895 y es un descubrimiento del campesino Valls Xat de Benaiges. La leyenda cuenta que este campesino se encontró dos cebollas grilladas en su huerto y probó meterlas en el fuego y para su sorpresa, descubrió esta magnífica tradición. Esto dio lugar a una nueva técnica de agricultura, calzar, la cual consiste en sembrar la cebolla grillada enterrándola muy poco e ir calzándola según vaya creciendo con tierra.

¿Dónde podemos ir a comer calçots?

Perdonad la demora y tanto texto, pero nos teníamos que poner en contexto. Lo importante viene ahora ¿dónde podemos ir a comer unos calçots para no olvidar? Podemos visitar el rústico restaurante El All I Olli, lugar de recetas catalanas tradicionales, en Spark restaurante especializado en brasas o ir a algo más lujoso con vistas al skyline de Barcelona, Goja Rooftop Experience en el hotel Renaissance. Son solo tres ejemplos, pero podemos encontrar muchos más restaurantes especializados.

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Finalmente, la calçotada es una excusa, como otras tantas fiestas, para los reencuentros familiares y las amistades y disfrutar de los nuestros, alrededor de una mesa. ¡Qué aproveche!

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